jueves, 26 de marzo de 2009

¿Telescopio? ¿Qué invento es este?

Cosas de la ignorancia propia y adquirida, propia por no haber solventado antes lo que era un dato erróneo en los conocimientos de uno, y adquirida porque aquellos de quienes tenía que tomar mis conocimientos padecían el mismo defecto informativo. Aunque finalmente ya algo más crecidito tuve la oportunidad de responder correctamente a esta pregunta ¿Quién inventó el telescopio? y la respuesta es absolutamente cierta pero insatisfactoria, no tengo ni idea.

Hasta ese momento en el que se subsanó el error la respuesta era fácil, el telescopio era un invento de Galileo, padre del Sidereus Nuncius. Aún recuerdo con cierta sonrisa el aire de superioridad que sentí al ver a Morgan Freeman en la película "Robin Hood" manejando un rudimentario telescopio, en ese momento levanté la mano y afirmé "eso es mentira, Galileo inventó el telescopio", que atrevimiento ¡un niño corrigiendo a Hollywood!. Finalmente resultó que ese niño estaba equivocado, a Galileo "solo" corresponde el honor de ser el primero al que se le ocurrió utilizar y perfeccionar aquel invento para su uso astronómico, el asunto del inventor puede no ser tan fácil. En cualquier caso digno de remarcar ese primer momento de la observación astronómica con telescopio cuyo aniversario da motivo a la celebración de este Año Internacional de la Astronomía.

La pregunta sigue en el aire, ¿quién inventó semejante instrumento?, en el momento en que se me sacó de mi error el nombre que substituyó a Galileo fué el de Hans Lippershey, y fueron los trabajos de este los que acabaron en manos de Galileo. Lippershey era alemán de nacimiento, allá por el año 1570 (mucho después del contexto histórico de las historias de Robbin Hood por cierto), aunque de niño su familia se mudó a Holanda y posteriormente (boda mediante) se convirtió oficialmente en ciudadano Holandés. Como toda buena historia de inventores esta tiene su leyenda, leyenda en la que no podía faltar ese accidente fortuito chispa que inflama la inventiva del protagonista. Según la leyenda Hans Lippershey era un sencillo constructor de lentes, artilugios que se utilizaban para jugar, y en un uso práctico para la construcción de anteojos rudimentarios, anteojos que en España algunos conocemos como quevedos, en honor de nuestro insigne escritor, famoso usuario de este invento. En un hecho completamente fortuito uno de los hijos de Lippershey mientras jugaba alineó dos lentes del taller de su padre con la feliz casualidad de que este pudo apreciar la capacidad de aquella disposición para hacer más grandes los objetos lejanos. Sea como fuere el caso es que Hans Lippershey se presenta en 1608 ante las autoridades holandesas con un diseño de telescopio con intención de patentarlo. Eso si se le puede otorgar sin dudar, porque no está tan claro el hecho de que él fuese el inventor del telescopio pero si parece claro que fué el primero en solicitar la patente. Esa patente por cierto no se le otorga aunque fué muy bien recompensado por el gobierno holandés, no pasaba para nadie desapercibido el potencial militar de aquel invento al poder ver al enemigo con más detalle cuando está aún lejos.

El motivo por el que el gobierno holandés no le otorga la patente a Lippsershey parece ser el hecho de cuando él trató de patentar "su" invento este ya era conocido por muchas personas, e incluso aparecía descrito teóricamente en obras de científicos anteriores a él. Así pués Lippershey parece no ser tampoco el inventor del telescopio y se queda solo con el título de pionero en su construcción y primero en solicitar patente, que al final para algunos es lo que vale, al menos algo parecido ocurre con las células que van de un lado a otro con su aparato de Golgi, estas células viven felices pero ignorantes de que realmente aquello debería llamarse aparato de Ramón y Cajal. Cosas de que si bien Ramón y Cajal fué el primero no tuvo posibles para publicar su descubrimiento antes que el científico italiano.

Otro nombre entra en liza cuando el hijo de Zacharias Janssen acusa a Hans Lippershey de robar el invento del telescopio a su padre. Desde luego tampoco parece que el inventor del telescopio fuese realmente Janssen, lo que si se le suele atribuir a este otro constructor de lentes holandés es la invención del microscopio compuesto (sencillo diseño juntando dos lentes convexas). Lamentablemente entre las aficiones de este caballero se encontraba también la falsificación de monedas de cobre, plata y oro españolas, turbio trabajo que le llevó a ser hervido en aceite y por el que acarrea fama de deshonesto. Así que con la honestidad de Jannsen manchada me temo que el microscopio pasa a tener un padre discutido, al igual que el telescopio. Es dificil ponerle un nombre a estos artilugios, al final con la óptica parece parar como con la alquimia, sus orígenes se pierden en el tiempo y el anonimato.

Mi viaje buscando el origen del telescopio va llegando a su fin en la Inglaterra del siglo XIII, ya que parece ser que Roger Bacon introdujo entre sus muchos trabajos una descripción de nuestro invento misterioso. Roger Bacon (1214) era monje franciscano, filósofo, teólogo y a la sazón científico, en su tiempo fué conocido por el sobrenombre de "Doctor Admirable" y debo decir que ese sobrenombre no le viene ni mucho menos grande. En la época que le tocó vivir a Roger Bacon la ciencia no se caracterizaba por ser precisamente empírica, más bien era ciencia infusa Dios mediante, cosas de la Edad Media. Además en esa época se contaban con muy pocas traducciones decentes de los trabajos de Aristóteles, casi nadie sabía griego y eso molestaba profundamente a un intelectual de la talla de Roger Bacon que necesitaba un conocimiento más fidedigno de las cosas que se le malexplicaban y tanto le interesaban, la ciencia griega. Bacon por tanto aprende griego, y además se interesa por los que consideraba herederos de la sabiduría de los antiguos griegos, el pueblo árabe, y al igual que ellos se vuelve un empirista, es decir, un valiente partidario de la experimentación al igual que un contemporáneo suyo, Alberto Magno, gran alquimista patrón de la Facultad de Ciencias de Valladolid y más específicamente de los químicos. En definitiva un valiente capaz de anteponer la experimentación a la inspiración divina en una época de oscurantismo, aunque no nos olvidemoos de que no dejaba de ser monje franciscano. En 1266 Roger Bacon escribe al Papa pidiendo su autorización para la realización de una especie de gran enciclopedia sobre los conocimientos científicos de la época, eso si, con la iglesia como coordinadora, pero al contar con la autorización papal Bacon se cubría las espaldas por sus ideas revolucionarias. Así que parece ser que entre todos aquellos trabajos recopilados para crear la enciclopedia se incluía uno en el que se describía el telescopio y además se sugería que esta herramienta sería de gran utilidad para el estudio del cielo. Bacon escribió en total tres libros, el Opus Maius, el Opus Minus y el Opus Tertium, que envió en secreto al Papa Clemente IV. El motivo de este secretismo era que si bien contaba con la autorización papal (es más el papa le urgió para la redacción de esos libros), en la orden franciscana era imperativo contar con el beneplácito de la orden antes de hacer público ningún escrito, Bacon se saltó este trámite porque la idea de que la mejor manera de saber más acerca de la creación era la comprobación a través de experimentos era poco mas o menos que inadecuada. Al final la orden de los franciscanos se encargó de llevar a Roger Bacon a la carcel, donde murió tras 10 años de condena. Otro hecho lamentable es que el Papa Clemente IV murió antes de poder siquiera tener en sus manos el primer tomo de la enciclopedia.

Así pués ¿sería Roger Bacon el inventor del telescopio? Quizá parezca más plausible el que Roger Bacon supiese del telescopio por su afición a la ciencia griega y árabe. Así que perdemos la pista al inventor del telescopio y al final Hollywood puede que no estuviese equivocado en la película "Robin Hood" y aquel niño sabiondo deba rendirse ahora y decir "estaba equivocado".

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